abril 07, 2010

una mujer locamente enamorada

Una mujer locamente enamorada de un hombre, es capaz de hacer cualquier cosa por él; hasta cocinarle y tender su cama, o regalarle una pluma de plata para que él escriba su primera novela. Y es que él, de nombre Manuel, al igual que Ella, busca convertirse en escritor. Y Ella, enamorada y obnubilada como está, no tendría empacho en sacrificar o posponer sus propios deseos creativos, en aras de las ambiciones de él. Una noche van a cenar y Ella feliz, saca el envoltorio que contiene la hermosa y costosa pluma que ha comprado para su amado Manuel. Pero éste, apenas le agradece casi sin mirarla, pues tiene la mente y la mirada puestas en otra parte. Cuando Ella, intrigada por su actitud, le pregunta qué le sucede... él responde que hay otra mujer y que no tiene la menor intención de dejarla. Entonces Ella [incipiente escritora que escribe su profesión con h, al igual que la palabra amor, pues piensa que tanto el arte de amar como el de escribir, son imperfectos y mientras no alcancen la anhelada perfección, los seguirá escribiendo con h.], la (h)escritora, al escuchar las frías palabras de su amado Manuel, siente como si todo se le removiera y apenas alcanza a levantarse de la mesa, tomar su bolso… y arrebatarle de las manos la hermosa pluma, antes de abandonar el restaurante. Está dolida, siente un nudo en la garganta y casi no puede contener la explosión de llanto que ya siente venir… pero la pluma le costó demasiado dinero y no va a dejársela a ese mal agradecido




imagen: french kiss de Ray Caesar jonathanlevinegallery